ángeles y su familia fueron extremadamente amables, ofreciendo mi nombre desde el primer momento y respondiendo mis dudas a cualquier hora. además, la habitación estaba limpia y era cómoda, con detalles como un alargador para enchufes muy útil.

la calefacción era insuficiente.

ubicación perfecta cerca del metro. el wifi no llega bien a la habitación.

Me alojé por una noche y disfruté de la tranquilidad al desayuno en la cocina compartida. La ubicación facilita el acceso al metro y hay muchas opciones de comida alrededor. La limpieza del hostal fue excelente, noté que mantenían todo muy cuidado.

El acceso es complicado, ya que no hay ascensor y está en el tercer piso. El agua de la ducha no siempre salía caliente y los baños compartidos a veces estaban ocupados.

Me encantó la ubicación, a un paso del metro y en un barrio muy bonito. La limpieza era top. Aunque el ruido nocturno y las escaleras son un poco molestos. 😊

El personal hace la diferencia

La ubicación es excelente, en el barrio de Chueca, facilitando el acceso al metro. La habitación estaba limpia y el trato de la dueña fue sobresaliente, siempre amable y dispuesta a ayudar.

Sin embargo, el agua de la ducha no siempre salía caliente y a veces la presión no era la mejor. Las escaleras del tercer piso eran agotadoras después de un largo día explorando la ciudad.

La cama era súper cómoda y la habitación siempre estaba limpia, lo que hizo que mi estancia fuera muy agradable.

Las escaleras para llegar al tercer piso son un poco cansinas, especialmente si llegas con maletas.

Me alojé en el Hostal Castilla y la ubicación fue lo que más disfruté. Estar cerca del metro en el barrio de Chueca facilitó mucho moverme por la ciudad. La habitación en la que estuve era pequeña pero luminosa, con un balcón que daba al patio de luces. La cama era cómoda y el armario tenía buen espacio. Me gustó que las instalaciones estuvieran muy limpias. Sin embargo, noté que el agua de la ducha no salía tan caliente como esperábamos y a veces no tenía buena presión. También, los baños compartidos estaban casi siempre ocupados, lo que puede ser un inconveniente si estás apurado. Aunque el trato de la dueña fue muy amable y siempre estaba dispuesta a ayudarme, las escaleras del tercer piso sin ascensor se hicieron un poco pesadas, especialmente cargando maletas. En general, una Buena opción para estancias cortas.

La cama era cómoda, pero pasé frío durante la noche.

Las instalaciones están impecables, lo que le da un buen estándar de limpieza y comodidad. Además, el edificio antiguo tiene su encanto, y las ventanas reforzadas ayudan a aislar el ruido de los bares cercanos.

Sin embargo, no tienen ascensor, lo que puede ser un problema si llegas con maletas, especialmente si te toca un tercer piso. También, el ruido de los otros inquilinos puede ser molesto. las puertas suenan como si estuvieran en un castillo y arrastrar maletas en los pasillos es bastante ruidoso. La habitación solo contaba con un ventilador y la almohada no era lo que esperaba, con la altura algo baja para mi gusto.

Recomiendo para parejas que buscan un buen trato

La ubicación es espectacular, a paso del metro y puedes caminar a lugares como el Prado en 30 minutos. Camila, la gestora, fue increíblemente amable, nos ayudó a extender nuestra estancia sin problemas cuando casi todo estaba reservado.

No era barato, pero estaba dentro de lo aceptable.

La limpieza fue impecable y el cuarto tenía un ambiente acogedor. Me encantó que hubiera suficiente espacio en el armario y que los baños compartidos estaban siempre bien cuidados, lo cual es esencial para una estancia agradable.

Las escaleras del tercer piso pueden ser agotadoras.

Trato amable, habitaciones limpias. Wifi en áreas comunes. Sin ascensor y un tercer piso cansado.

una experiencia inolvidable, la calidez de ángeles en el hostal castilla y su ambiente acogedor

El hostal Castilla es un lugar súper especial. La ubicación es inmejorable, a solo unos pasos del metro y en una zona vibrante. Además, el trato personal que recibí de Ángeles fue increíblemente amable y cálido. La habitación, aunque pequeña, era cómoda y siempre estaba limpia. Me encantó que tenía un pequeño balcón, perfecto para desconectar después de un día explorando la ciudad. Aunque las escaleras pueden ser un reto, especialmente si cargas maletas, definitivamente vale la pena. En general, fue una experiencia encantadora que no dudaría en repetir.

La ubicación es inmejorable, en una zona llena de vida y con fácil acceso al metro. Las instalaciones estaban siempre limpias y olían muy bien. Aunque el mobiliario es básico y la habitación pequeña, tenía lo necesario para una estancia cómoda con buena calefacción. Sin embargo, las escaleras hasta el tercer piso pueden ser un reto, especialmente si cargas maletas. Además, el ruido de la calle es perceptible por las noches, lo que puede dificultar el descanso profundo.